La horterada del futuro y otros hechizos

Tanto si sigues de cerca la predicción de los astros como si no, es (e)vidente que alguna vez en tu vida, especialmente si sufres de insomnio, te habrás topado con uno de estos personajes que dicen leer las cartas del tarot y que carecen de todo sentido estético.

Como yo duermo muy bien y no estoy muy familiarizada con estos especímenes, he hecho una labor de investigación youtubera para ponerme al día y os puedo asegurar que me he reído tanto que me ha resultado dificilísimo hacer una selección. Eso sí, todos siguen un mismo patrón, así que las conclusiones están más que claras:

– En el mundo de la brujería da igual lo que dicte la Semana de la Moda de París, el estampado de leopardo SIEMPRE es tendencia.

– El lema “menos es más” ni se plantea. Ante la duda, elige siempre el pendiente con el aro más grande que encuentres.

– Si aún así no te ves suficientemente ornamentada, tira de background recargado. Causa más impacto.

– Cuando las sesiones de tarot las grabas en casa, pues eso, estás en casa, vamos que puedes salir en chándal.

– Si tienes un público muy aprensivo, tira de baraja española, te garantizas que la muerte no salga y te aseguras un futuro muy acorde a la realidad: palos y copas.

– Si dudas de tu credibilidad, potencia tu escote, te ganarás a la audiencia.

– El peinado, ante todo rubio oxigenado. Pero si además lo llevas frito como Lola, serás una bruja con carácter.

– Los que han superado la etapa del tarot se dedican a la disciplina del hechizo (alucinante el empeño que tienen en destrozar relaciones). Convierten el plató en un simulacro de cocina de Arguiñado de la magia. Imprescindibles: ingredientes poco apetecibles, un Cristo decorado y un luminoso gigante para hacerte publicidad. Porque para qué meter un rótulo pudiendo generar el efecto Viva Las Vegas.

– Además de estética, la puesta en escena es fundamental. Predecir el futuro de una persona no es cualquier tontería. Hay que poner toda la carne en el asador y ser positivo porque como diría el sabio Makumbero: “no le eches la culpa a la mala suerte para ganar la lotería”.

– Y para los hombres, no hay nada como darle un toque cool a tu traje con una camiseta como la del gran Jean Carlos.

Casos en los que tirar la toalla

Por mucho que nos empeñemos no siempre se puede estar perfecta. Asúmelo. En la vida existen una serie de factores contra los que no hay forma de luchar y que pueden arruinar un perfecto día de estilismo. En esos momentos es mejor que tires la toalla y no sufras. Mañana será otro día.

Caso 1. Te crees que vas ideal con tu little black dress y esos tacones que no son made in Louboutin pero que con ellos te sientes la reina de tu pandilla, hasta que te quedas en medio de la M-30 tirada con el coche y te enfrentas a la cruda realidad: el chaleco reflectante. De nada sirve que Karl Lagerfeld intentase ponerlo de moda o que la tendencia de la temporada sea el color shock, es una de las prendas más temidas por cualquier fashionista o posh madrileña de mechas, como la mismísima Tamara Falcó que ya pasó por este duro trámite.

Caso 2. La peluquería. ¿Hay algún lugar del mundo en el que se pueda estar más fea? Y por si fuera poco la cantidad de espejos es proporcional a los metros cuadrados del local. Imposible huir de tu propia imagen. Cual marciano con papel de plata en la cabeza o toalla a modo de turbante sales de la sesión directa a una terapia psicológica de subida de autoestima.

Caso 3. ¿Cuántas veces te habrán dicho que la natación es el deporte más completo? Pero nadie te ha avisado de los riesgos que supone la equipación Speedo. El gorro, ese accesorio que solo le sienta bien al casting de burbujas Freixenet, y la marca de mapache que provocan las gafas tras unos largos, son motivos suficientes para elegir un deporte de secano.

Caso 4. Si alguna vez te han ingresado de urgencia en un hospital sabrás que por mucho que corra tu madre a buscar un pijama decente nunca será lo suficientemente rápida. No hay tiempo. El paseillo a la sala de rayos X con el culo al aire es inminente.

¿Os habéis encontrado alguna vez en un caso antiestético similar?

Europe´s living a… chonivisión!

A pocos días del espectáculo estilístico más deprimente del año (y no solo por los vestidos, la decoración y ese aura de fiestas del pueblo influyen enormemente en la puesta en escena), voy a hacer balance de algunos de mis outfits preferidos vistos en el certamen de Chonivisón.

El primer puesto se lo lleva Lady Gaga, ah no perdón que es Gisela.

Le sigue muy de cerca la mujer de papel Albal que huye de las tormentas de verano. (A su derecha un imitador de John Galliano).

Sopa de Caracol interpretado por Soraya.

No tengo valor para describir a Lydia. 

La imitación del vestido de Ágatha Ruiz de la Prada en Estonia.

Estilismo Ángel Cristo en el Circo Mundial de Serbia.

La tal Alenka Gotar y su modelito gótico.

Incluso a Arlequín y a Tamara les daría vergüenza la puesta en escena del pequeñito. (Lo siento, sé que solo por leer esto se os ha vuelto a pegar la p*** canción).

Los Manolos en versión pop.

Dios los cría…

A los bosnios les encanta la naturaleza: representada en un abeto navideño

o en un estampado de manzanas y un elfo a juego con princesita. La pareja en vez de en Eurovisión parece que está presentando Megatrix.

Después del (desolador) panorama mis preferidos son, y serán siempre: el gran Chikilicuatre, al menos él iba de guasa.

Y los heavorros finlandenses. ¡Esos sí que molan!

Hasta en las mejores familias

Es lo que tienen las bodas, que no tienes más remedio que invitar a la familia y luego pasa lo que pasa: que si el abuelo se empeña en vestirse igual que tú, que si la mujer de tu padre no aguanta a la familia de tu madre, o que se te presentan las primas en la edad del pavo locas por lucirse o más bien estrellarse. Y como estas cosas ocurren hasta en las mejores familias, esto es precisamente lo que le ha pasado al Príncipe Guillermo en su boda. Cuando creíamos que era Pippa la que iba a eclipsar a la novia aparecen Beatriz y Eugenia de esta guisa:

Oye y tan contentas. Esto es lo que más me gusta de los desastres estilísticos (de ahí el propósito de este blog) que ya puede venir la mismísima Rania estupendísima con su outfit más currado, que van las losers de la moda y se llevan todo el protagonismo. Y no es para menos porque con ese tocado Rudolph se te ve el plumero: tú has ido a dar la nota intencionadamente.

Claro, que hemos tenido suerte  y nos hemos librado de ver a Beatriz vestida de princesita Disney:

O no:

Sea como sea su atendo, en el fondo les importa un pimiento. Ellas han ido a hablar su libro: a darlo todo, a coger el ramo y a pillar a algún joven mozo de la corte. ¡Suerte chicas! que de una boda sale y otra y yo estoy deseando ver la vuestra.

Overbooking estilístico

Si hay un lugar en el mundo con un microclima independiente que no entiende de fenómenos meteorológicos, y por tanto de cambio de armario estacional, ése es el aeropuerto. Y sin no, sentaos un ratito en una terminal internacional de cualquier país y analizad esta maravilla sociológica. Tan pronto pasa una familia con abrigos de plumas y gorros de lana peruana dirección Canadá, que se cruza una pareja en bañador y chanclas a punto de disfrutar de su luna de miel con una buena gripe. Y es que si viviésemos en la anarquía estilística de la T4 Mario Picazo iría directamente al paro.

Y no solo denuncio el despiste estacional de los aeropuertos, sino también los disfraces que lucen algunos viajeros. Parece que cuando reparten las vacaciones en la oficina se les esfuma el buen gusto por arte de magia. Solo por respeto a las azafatas, que están obligadas a guardar una imagen después de horas y horas de vuelo, debería existir un control policial de la moda, que en vez de frascos de perfume requisase riñoneras, chanclas y gorras. Por no hablar del chándal. Aún no he visto un boeing 747 equipado con bicicleta estática, máquina de estep y power plate que haga imprescindible el uso de esta prenda a bordo.

Señores viajeros aprendan de Viktor Navorski que ni un solo día de los que vivió en el JFK perdió la elegancia.

Dime cómo eres…

Hoy voy a saltarme el guión y no voy a hablar de errores de estilismo, sino de un conjunto de síndromes que se propaga por el mundo a toda velocidad y que muchos no habría podido encontrar sin la ayuda de mis compañeros. ¡Gracias chicos! sois muy grandes. Os dedico este post. Y pasado este momento José Luis Moreno me dispongo a enumerar esta serie de indicios paranormales que en muchas ocasiones dan bastante susto.

Síndrome Tous. O lo que es lo mismo, esas parejas que son tal para cual en el amplio sentido de la palabra y que han ido adquiriendo un estado de gemelismo en su look. Por supuesto, esta manifestación toma su nombre del matrimonio joyero Tous, que entre osito y osito comparten hasta peluquero.

Síndrome Catherine Zeta Jones. Es el de la vejez prematura o el de la juventud eterna, según se mire. Hay algunas chicas que cuando tenían 20 años aparentaban 30 y cuando tienen 40, bien por el bótox o las sanguijuelas, vuelven a aparentar 30.

O en su versión española: Aitana Sánchez Gijón.

Síndrome Fergie. Uno de los más propagados en Hollywood y que se produce cuando el exceso de operaciones de cirugía estética convierten tu cara en pez.

Síndrome Fergie, ¿qué has hecho con nuestra pobre Meg Ryan?

También se contagia en los hombres. Véase el caso de Mickey Rourke.

Síndrome la eterna griposa. ¿Qué les pasa a Ellen Pompeo y a Teri Hatcher que siemrpe parecen congestionadas?

Síndrome Pertegaz. Éste es mi preferido. Solo afecta a los hombres de más de sesenta años y tiene el poder de convertirlos en auténticas señoras. Y si no mirad al mismo Pertegaz o a Paul McCartney. Si a ambos les pusiésemos un tocado en el pelo podrían acudir a Ascot al estilo Margaret Thatcher. O si Camila Parker se subiese al escenario para homenajear a los Beatles pasaría desapercibida.

Y además de altamente contagiosos, tienen la particularidad de mezclarse entre sí para dar como resultado combinaciones tan sorprendentes como que Valentino es un claro síndrome Pertegaz y Tous, a la vez, cuando se junta con Nati Abascal. ¡Os quiero a todos!

El terrorífico Gadafi

Le pilló la guerra y dijo: “y yo con esto pelos”. Gadafi sabe perfectamente que la mejor defensa es un buen ataque y qué mejor estrategia que la de eliminar al contrario con terroríficas túnicas brocadas, cadenas de oro, que ni el mismísimo Fifty Cent utilizaría, y estilismos que a cualquier soldado le darían ganas de salir corriendo y admitir la derrota. Eso sí, para ello ha tenido que pagar un precio, el de dejar sin cortinas a todas sus nobles residencias. Con lo mona que le había quedado la casita de Trípoli…

Pero lo que más me gusta de este hombre, y es lo único, es su capacidad para reinterpretarse y adaptar cada uno de sus modelitos a la situación. Es como una muñeca Barbie en todas sus versiones: están la Barbie Malibú, la Barbie princesa, la Barbie empresaria… y como los tiempos cambian, su compañero Ken le cede ahora su puesto al maléfico Gadafi:

Y así hasta completar la infinita lista de looks de chiste que guarda en su armario y que lleva años luciendo sin pudor en cada visita de Estado. Señor Gadafi, a usted no le salva ni Josie el estilista de la tele, así que le condeno a disfrutar de una tarde de shopping con su homólogo en cuestión de estilo, el elegantísimo Rappel.

Prohibido fumar

Esta semana he estado investigando la trama que se convertirá en el mayor escándalo tras el caso Watergate. Después hacer una exhaustiva ruta de shopping, no precisamente por la Milla de Oro sino por el recién nacido China Town madrileño (que es como el Soho pero en versión Jackie Chan), he llegado a la conclusión de que el Gobierno está ocultando información sobre el verdadero motivo por el que ha entrado en vigor la Ley Antitabaco. Y os preguntaréis qué tiene que ver todo esto.

Pues bien, la razón radica en los accesorios altamente inflamables que venden los chinos en las tiendas que ellos denominan “de moda”. ¿Habéis percibido el olor a petróleo que desprenden? Pongamos un ejemplo del peligro que supone: una chica está en un pub tomando una copa con su bolso plastiquero, como diría mi amiga Idoia marca Louis Putton, y enciende un cigarro. En ese momento las posibilidades de explosión son mayores que las de un gasolinero fumando un piti apoyado en el mismo surtidor de Cepsa. Conclusión: con el propósito de incentivar el mercado chino sin que ocurra una desgracia, el Gobierno prohibe fumar.

Así que como los chinos me han fastidiado lo del cigarrito además del atentado contra el mundo de los complementos, no me queda otra que acudir a donde haya que acudir en estos casos, o a Ramoncín que da más miedo, para denunciar sus plagios. Porque un chino para qué va a pensar cómo llamar a su negocio pudiendo copiar los nombres de los que ya han triunfado y de paso atraer a algún cliente despistado.

Penalty y expulsión

Ahora que está de moda denunciar todo: las páginas de Facebook, los fumadores despistados, los derechos de las canciones que suenan en una peluquería… ¿A nadie se le ha ocurrido denunciar al mundo futbolero, ése que atenta directamente contra el estilo de los hombres? Nuestros novios, maridos, hermanos, padres, amigos, vecinos… todos corren el riesgo de caer en el chonismo puro y duro que se profesa en el campo. Se mueven entre la frontera del bien y del mal cada vez (y son muchas) que pasan 90 minutos embobados viendo a once tíos perseguir un balón. Y si no mirad hacia las gradas, ¿sois capaces de encontrar a un solo aficionado que marque tendencia?

Nunca he visto a Scott Schuman con su cámara en la puerta de un estadio. Él sabe perfectamente que ahí no encontrará material.

Pero para erradicar el problema de raíz vamos a buscar a los verdaderos CULPABLES:

1. MANOLO EL DEL BOMBO. Este hombre es al fútbol lo que Alfredo Landa al cine español. Simpático, la gente le tiene cariño, pero destroza cualquier gota de glamour que pueda existir en una escena.

2. LOS DISFRACES. Todo buen futbolero necesita disfrazarse. Si hasta los que no lo somos, como mínimo, nos pintamos la cara en el último Mundial.

3. MERCHANDISING. En las casas debería existir una especie de detector de metales, pero en versión detector de souvenirs de las tiendas de los clubs: “Paco, te he pillado, el pijama de Mourinho o yo”. (Nunca intentéis hacer este experimento en casa, Paco siempre elegirá el pijama de su equipo). Y aquí una muestra de, entre otras cosas, prendas para dormir que son capaces de quitarte el sueño.

4. LOS JUGADORES, que deberían estar sentados en el banquillo pero de los acusados.

El number one: Cristianio Ronaldo.

Si ya lo decía la canción: “Maradona no es una persona cualquiera…”

Guti, alias cómo me molo a mí mismo.

Güiza, hijo, a ver si hay suerte y pierdes la maleta.

Sergio Ramos. ¿Dónde te compras esa ropa? Porque yo por mucho que buscase nunca la encontraría.

ETCÉTERA

ETCÉTERA

ETCÉTERA

5. SUS MUJERES, NOVIAS, LÍOS, EX… Son el claro ejemplo de la teoría que dice que el chonismo ni se crea ni se destruye, solo se transforma.

No se van a ir de rositas. Aquí está la CONDENA que deberán cumplir: todos ellos se pasarán a un deporte mucho más elegante como el golf y aprenderán a combinar pantalones, polos y zapatos como hace la gente normal.

El chándal, ese gran conocido

Cuánta choni de polideportivo municipal hay en Hollywood. Y no me refiero a ésas que van tan monas al gimnasio, que a una le entran ganas de enfundarse las mallas y subirse a la cinta a correr solo para lucir el último modelito de Stella McCartney para Adidas. Hablo de esas celebs que han convertido el conjunto de algodón en su segunda piel y con dos narices lo combinan con tacones y bolso de piel sin ningún pudor. Vamos, para que os hagáis una idea del nivel, recuerdo a la Pantoja en los años 90 volviendo de Miami con mucho más estilo. La chandalera mayor del reino y con permiso del star system folclórico español es Eva Longoria. La actriz guarda un repertorio, a cual más feo, en todos los colores y tejidos. ¡Hasta los tiene de felpa! Y no vale la excusita de “me has pillado en el aeropuesrto” porque Eva, yo también me he pasado más de diez horas en un avión y te puedo asegurar que lo que menos me molestaba era mi ropa. Qué además tú viajas tumbada en first class.

En el segundo puesto, pisándole los talones está Kim Kardashian, o lo que es lo mismo, la hermana chandalera de Eva porque no encuentro diferencias entre ambas. La actriz intenta mostrar más estilo y en vez de calzarse las zapatillas leopardo de estar por casa se pone el taconazo, atentando con premeditación y alevosía contra Louboutin. ¡Qué 600 euros más desaprovechados!

Y otra que ni corta ni perezosa se calza el tacón es Mariah Carey. ¿Por qué está mujer siempre parece que va a explotar?

La hermana colombiana de Eva (¡cuánto clon!), la actriz Sofía Vergara se supera con la versión Freixenet del chándal.

La que debió de beber mucho cava para ir de esta guisa debió de ser Britney Spears.

Pero si hay una embajadora del chándal, que lo luce allá donde va como le da la gana y sin ningún tipo de pudor, ésa es Madonna. La cantante se planta unos pantalones Adidas con camisa de gasa o con un Downtown de Yves Saint Laurent y, oye, se queda tan ancha.

Y para terminar con la muestra chandalera, una reflexión: ¿es posible que Paris Hilton me recuerde a Belén Esteban? Y no solo lo digo por los looks made in Benidorm sino por la afición de ambas por el pollo.